Si estás leyendo esto es porque te has dado cuenta que
tu producto o servicio no es para todas las personas. Si estas apuntando a
cualquier negocio está comprobado que el 90% te dirá que no, un 5% lo pensara y
el otro 5% te comprara.
¿Cómo hacemos para que el 90% de mis clientes me
compren?
Lo primero que debes hacer es investigar a tu cliente
ver que tu producto o servicio cambie la vida de tu cliente. Recuerda que si
piensas un cliente es un cliente déjame y te digo que no hay nada peor que mala
publicidad por lo que piensa cuidadosamente a quien quieres como tu cliente.
Una vez conoces a tu prospecto debes pensar ¿con que
tipo de persona me gustaría trabajar?
¿Con alguien demandante que te necesite a cada paso
que da? ¿O con personas que sean autónomas, emprendedoras con la disponibilidad
de tiempo y libertad de pensamiento? Pero recuerda que aunque escojas al
cliente de tus sueños también existe la posibilidad de que sea el cliente de
tus pesadillas aquel que te puede culpar por sus errores al igual que un niño
con un dulce.
Es importante que siempre seas firme con tus
decisiones porque clientes hay muchos al igual que peces en el mar.
¿Lo más importante es la voluntad o la facultad
económica del prospecto?
Si tuviera que elegir diría que ambas ya que como bien
sabes la fe mueve montañas si aún no tienes dinero pero el producto es de gran
valor para tu prospecto el hará hasta lo imposible por comprarte pero ¿Cómo
hago eso? En tu propuesta de negocio
debes tener muy presente las actitudes y el comportamiento de tu cliente, una
vez que analizaste su actitud entonces observa el entorno en el que se
encuentra lo más importante en una negociación es motivar a tu lado racional al
igual que a tu lado irracional ya que ¿cómo vas a comprar algo que no te gusta?
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